El espíritu es la totalidad de los fenómenos y facultades mentales: percepción, afectividad, intuición, pensamiento, juicio, moral, etc. En muchas tradiciones religiosas, es un principio de la vida incorpórea del ser humano.

Y para ir un poco más lejos, para mí es la conciencia la que nos une a la inteligencia universal a través de la cual el hombre es libre y divino...

El término "energía" abarca muchas realidades diferentes. Dejando de lado sus usos figurados, como "un hombre lleno de energía", la energía se refiere a la capacidad de actuar de cualquier manera: poner en movimiento, calentar, comprimir, iluminar, sonar, transmitir información, etc.

El cuerpo humano necesita energía para que sus órganos funcionen, mantener una temperatura suficiente, poder realizar sus tareas y transformar los alimentos en una forma que los órganos puedan utilizar. El cuerpo humano es una fábrica química que transforma y consume energía. La energía contenida en los alimentos es predigerida por la saliva y luego enviada al estómago, donde es descompuesta por la digestión en sus diversos componentes. En el intestino, la energía (principalmente del azúcar, idealmente el azúcar natural y vivo de la fruta) se recupera y se envía al torrente sanguíneo. La materia no utilizada se evacua. El corazón, la bomba del circuito, envía sangre cargada de oxígeno y energía a las distintas partes del cuerpo para abastecer los músculos.... 

Luego está la energía que nos rodea, nuestro cuerpo energético vinculado a nuestros centros energéticos (chakras), que es invisible para la mayoría de nosotros.

SOMOS EN REALIDAD SERES DE ENERGÍA VIBRANTE, íntimamente conectados con todo lo demás en el universo, a través del Campo de Energía Universal, que no conoce límites ni ve límites.

El Universo es un gran Campo de Energía Universal. Somos una parte vital de ella, - compartiendo la misma energía - "Energía Universal". La física moderna ha demostrado que la materia tal y como la conocemos no existe, que en realidad, como decía Einstein, sólo es una forma condensada de energía y que esta energía, en perpetua vibración, sólo es luz condensada.

Así pues, vivimos en un mundo de vibraciones y no de materia en el sentido racional. Nosotros mismos somos un conjunto de vibraciones.

Es la lentitud de sus vibraciones la que hace visible nuestro cuerpo. Así, los fenómenos biológicos no se limitan a los intercambios químicos, sino que forman parte de una homeostasis vibratoria en perpetua evolución. Cuando nuestra tasa vibratoria disminuye, nuestro organismo corre el riesgo de entrar en resonancia con microbios o virus que permanecerían inofensivos si nuestras vibraciones permanecieran más altas.

Todo el mundo puede aumentar su nivel vibratorio tratando de actuar en su nivel de conciencia. Existe un amplio abanico de posibilidades para aumentar la propia tasa vibratoria...

El cuerpo humano es más que lo que aprendemos en la escuela. Es el vínculo y el portador de señales entre la vida y la supervivencia, entre el mundo visible y el invisible, entre el bienestar y el malestar, entre estar presente y escucharnos a nosotros mismos, al universo y a nuestro creador. 

El cuerpo humano es un microcosmos a imagen del macrocosmos, ya que reproduce en miniatura todo el cosmos, la totalidad divina, revelando su participación en todos los reinos. Guiado por la información contenida en las moléculas de ADN, aspira al objetivo supremo de convertirse en un canal para la Luz de la Conciencia. Si pensamos en el cuerpo, debemos considerarlo un instrumento de acción, un vehículo de realización y un poder de transformación infinito. Su grado de salud corresponde al grado de amor por la Vida. Al hacer demasiado hincapié en los valores espirituales, hemos llegado a desdeñar el valor del cuerpo, y durante siglos este templo de Dios ha sido atacado y condenado como despreciable. Pero, ¿cómo puede el alma aspirar a la plenitud sin el apoyo y la colaboración del cuerpo físico? Sin el cuerpo, el alma no tiene nada que experimentar. Es el gran enigma a descifrar, que resume todos los aspectos y atributos del cosmos, del que deriva toda su dignidad. Debemos apreciarla y cuidarla mucho. Un Maestro dijo una vez: "En todo está todo lo que está en todo lo demás". Así pues, no hay nada en el Universo que no esté en el cuerpo humano. No hace falta mirar al Cielo para encontrar a Dios. Está dentro de nosotros. De hecho, el cuerpo revela el aspecto formal de la creación, con todos los elementos de la naturaleza. Sirve de medio privilegiado, constituido por la energía divina concentrada en el mundo y el universo. El cuerpo es tan parte de Dios como el alma y el espíritu. No hay que poner el corazón y la cabeza al servicio del cuerpo, sino poner el cuerpo, mantenido sano, al servicio del corazón y de la cabeza. El cuerpo representa el aspecto concreto de la dualidad creadora. Sirve de laboratorio para la experiencia de la vida total. En sueños, el cuerpo evoca a menudo el grado de autoestima y de reconocimiento de los valores personales. Asociado a la identidad consciente, expresa la forma en que nos percibimos a nosotros mismos. También revela el grado de salud y vitalidad. 

"la ola de la vida

No conocerlo es como tener un libro sin leerlo. 

Para que los amantes del ser consciente y de la vida lo conozcan mejor y lo dominen pincha aquí